En mayo de 2007, Tony Wright permaneció 11 días (266 horas) despierto, sin pegar ni tan siquiera una cabezadita. Su intrepidez le valió entrar en el Libro Guinness de los Records. El británico superó una marca anteriormente establecida en 1964 por Randy Gardner, un ciudadano estadounidense, que fue capaz de permanecer en vigilia 264 horas.
Pero parece ser, según The Times, que hubo una persona que excedió el tiempo de Tony en 12 horas, fue el finlandés Toimi Soini en febrero de 1964, quien estuvo 276 horas despierto; dicho record fue eliminado del libro Guinness para evitar que otras personas intentasen superarlo y pusiesen en peligro su salud. Durante el tiempo que duró la intrepidez de Tony, miles de internautas fueron testigos de la misma gracias a que seis cámaras lo filmaron todo día y noche. Tony tomó alimentos crudos, bebió grandes cantidades de té, masticó estimulantes artificiales, jugó al billar y escribió un diario.
El británico declaró lo siguiente una vez que hubo superado la prueba: «Quise demostrar que el cerebro no pierde efectividad con el cansancio». Wright, científico de profesión, cree que al acumularse el cansancio en una persona se reduce la actividad del hemisferio izquierdo del cerebro y toma el relevo el derecho.