Si miras a la imagen parece una animación, los círculos giran de la misma forma que lo haría una mecanismo de ruedas dentadas, sin embargo el movimiento es inexistente y no hay ninguna animación, todo está quieto.
Nuestro cerebro se confunde y ve un movimiento donde no lo hay. Es una ilusión óptica. El experimento pone de manifiesto la posibilidad de que muchas de las cosas que percibimos —o todas— realmente no sean como creemos. Inquietante.