Espacios reducidos

Convierten una sucia buhardilla en un lujoso y confortable ático.

Cuando Christian Schallert —fotógrafo y publicista austriaco— llegó a Barcelona, se encontró con el problema de la vivienda, veía pisos para alquilar pero la renta resultaba algo cara para él, lo cual no es de extrañar en cualquier ciudad europea importante. Tuvo que buscar algo más asequible, más barato. Con la ayuda de su buena amiga Barbara Appolloni, convirtieron un sucia y destartalada buhardilla de apenas 24 metros cuadrados —en lo alto de una azotea— en un bonito ático en la ciudad condal, amplio y confortable, parecido al camarote de un lujoso yate.

arrow