Un peluche gigante cae del cielo.
Al menos parece que es la idea, la base, que Florentijn Hofman tomó para materializar esta escultura-instalación: ¿qué pensaríamos —cada uno de nosotros— si de repente nos topáramos con un peluche inmenso —13 metros de altura— caído del cielo?
Una buena dosis de entusiasmo y veinticinco artesanos voluntarios ayudaron a Florentijn a construir el enorme conejo amarillo. Sobre una estructura de madera —reforzada con metal— colocaron todas esas tejas hasta lograr dar la forma al conjunto; la apariencia de un conejo de peluche —y gigante— caído del cielo. A Florentijn le gusta crear réplicas a gran tamaño de juguetes infantiles, ya lo hizo con Rubber Duck y ahora con Stor Gul Kanin. El trabajo puede verse este verano en Örebro (Suecia), con motivo de la celebración del festival OpenART, en el que 50 artistas de todo el mundo muestran sus obras durante 100 días, a lo largo y ancho de la ciudad sueca.