Espejo del futuro

Espejito, espejito, ¡qué mierda eres!

Algo así diría la malvada e envidiosa bruja del cuento de Blancanieves si viese el espejo del vídeo. El suyo no sólo le dijo que no era la más bella, sino que además no contaba con la tecnología Kinect incorporada —para seguir el movimiento de quien se refleja en él, y de esta forma ejecutar órdenes a partir del movimiento de las manos y los brazos—. No reconocía su voz, bueno eso sí, perdón; pero no disponía de conexión a Internet ni le decía que vestido ponerse y como conjugarlo con los complementos. Tampoco contaba con un lector de RFID, capaz de detectar determinados medicamentos a partir de la caja o la etiqueta para desplegar el prospecto en el cristal…

El de la Reina Grimhilde no, pero el prototipo desarrollado por Research & Development Group (New York Times) parece que sí cuenta con todos estos espectaculares avances.

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