Pero besos, besos, de los de verdad.
Ello es posible gracias a los labios ultrasensibles de Kissenger. Al parecer, con 2 de estos huevos robóticos dos personas pueden besarse estén donde estén, sin que la distancia sea un impedimento. Estos labios artificiales transmiten por Internet la intensidad, duración y características de los besos en los labios o en las mejillas de los destinatarios; puede ser un beso apasionado de amor, de cariño, de amistad. Ello es posible a unos sensores que registran la presión de los labios y envían la información por Internet al otro labio —o rostro— receptor. Lo presentó Lovotics el mes pasado en la conferencia británica Designing Interactive Systems.
http://youtu.be/PlK1w-BUL3A