Alegato antibelicista.
Las gigantescas manos de Lorenzo Quinn dan mucho juego, resultan visualmente impactantes allá donde van y llaman poderosamente nuestra atención. Especialmente estas dos que exhibió —por primera vez— en la 54 Muestra Internacional de Arte de Venecia, en 2011. Alegato antibelicista sin duda, que tiene por nombre: Esto no es un juego. Es obvio que la escultura no pasa desapercibida y, además de su evidente sentido pacifista, nos retrotrae a aquellos momentos dulces en los que la vida era —básicamente— jugar y pasarlo chachi piruli con los soldaditos y otros juguetes.
El tanque es auténtico, las propias manos y los soldados están hechos con poliuretano recubiertos por una capa de cobre, el resultado es un realismo asombroso y un conjunto muy pesado.