Lo bueno de PodRide es que se mueve gracias a la fuerza de su conductor, como una bicicleta. Además, tiene un motor eléctrico cuya batería se recarga con el pedaleo y viene muy bien para subir esas cuestas inclinadas. Su creador, Mikael Kjellman, se lo construyó —él mismo— para ir a trabajar sin mojarse ni pasar mucho frío.
PodRide sitúa su cómodo asiento (con respaldar) en la misma posición y altura que un coche pequeño, lo que permite un fácil acceso al interior y una buena visibilidad para el tráfico. Tiene cuatro ruedas y puede circular por los carriles bici, aunque no es muy ancho presenta una excelente estabilidad en las curvas. Es impermeable, conserva el calor, cuenta con parabrisas térmico y suspensión neumática; sus ruedas llevan clavos para la nieve y la escarcha, habituales en el invierno sueco. Un pequeño maletero y un práctico enganche para un remolque de bicicleta no podían faltar en un vehículo tan práctico.
Mikael Kjellman tiene su proyecto en la plataforma de crowdfunding Indiegogo para que le ayudemos a fabricar su ciclocar en serie.