Steven Spazuk ha desarrollado una peculiar técnica artística, denominada —por él— fumage, consiste en emplear llamas como lápices para crear dibujos sobre el papel. Siempre hay un elemento de sorpresa: un golpe repentino de viento, un ligero temblor de la mano… según el artísta ahí radica la clave que hace que cada una de sus piezas sea única.