Cementerios del futuro serán bosques, los muertos tendrán una segunda existencia, aunque vegetal, algo es algo. Esta cápsula convierte a los cadáveres y sus restos en nutrientes para las plantas. Tras la introducción del difunto en el recipiente —en posición fetal— éste es enterrado con las semillas. Pasado un tiempo, un árbol frondoso y lleno de vida nace de la vasija a partir de los restos orgánicos o de sus cenizas.

Es una idea de unos diseñadores italianos que pretenden transformar los cementerios de hoy, grises y tristes, en frondosos bosques para el mañana. Pero tendrán que esperar, ya que las legislaciones no admiten aún estos entierros orgánicos. A pesar del inconveniente legislativo, buscan financiación en Kickstarter y la están consiguiendo.

Se disminuye la tala de árboles para ataudes, crecen nuevos árboles y al mismo tiempo se les da a los muertos una segunda existencia, —eso sí, vegetal—. Cada árbol será único y a través del teléfono se podrá acceder a una ficha digital de la persona fallecida (biografía, fotos, familia, etc.).
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