Recogió y dejó a los pasajeros en las paradas e hizo el recorrido con seguridad, respetando las normas del tráfico.
Este autobús tiene chófer, pero el objetivo es jubilarlo cuando antes ya que es autónomo y está diseñado, equipado y programado para conducirse —él solo— por las calles de una ciudad moderna con carriles BRT (Bus Rapid Transit). Reconoce y respeta las indicaciones de semáforos y demás señales; ve e identifica a peatones, obstáculos y a cualquier objeto o vehículo en su radio, evita en todo momento la colisión y el atropello, se detiene —si es necesario— en condiciones de seguridad plena para todos (pasajeros, peatones, automóviles, etc.).
No es un proyecto futurista de Merecedes-Benz, es una realidad. Durante las pruebas —en Ámsterdam— un conductor fue testigo del viaje y no tuvo que intervenir en ningún momento, el vehículo lo hizo todo correctamente, sin ayuda. «Los pasajeros viajan de forma más cómoda pues el autobús se mueve de acuerdo con un sistema automático que evita frenazos, giros bruscos y otras maniobras imprecisas producto del cansancio o el descuido. Se reduce el combustible, las emisiones, el desgaste de componentes, etc.».