Muchos diseños tecnológicos se inspiran o se basan totalmente en la papiroflexia. No es sólo una diversión, es una técnica que requiere habilidad, constancia y estudio. En este arte apasionante de crear figuras increíbles plegando el papel, hay auténticos maestros.
Un de ellos es Robert Lang, un físico que trabajo en la NASA y que dejó su empleo para dedicarse por completo a su pasión: el origami. El científico disfruta de lo lindo creando sus fantásticas figuras, pero además ayuda a resolver complejos problemas de ingeniería a la hora de crear estructuras y materiales expandibles y retrácticles, muy demandados en campos como la aeronáutica o la nanorobótica.