Estos microrobots volarán y polinizarán las plantas algún día cuando ellas ya no estén. Nos quedaremos sin miel pero no moriremos, pues seguirá habiendo plantas.

Este diminuto robot volador pesa unos 80 mg y no es más alto que un clip, sus alitas pequeñas de 3 cm se mueven 120 veces por segundo. A pesar de su avanzada tecnología, los RoboBees todavía no están listos para polinizar los jardines, los campos y los bosques, necesitan algunas mejoras como baterías ultraligeras que sean duraderas y un mejor sistema de estabilización y orientación, entre otras cosas.

En cualquier caso, parece que son los candidatos mejor situados para remediar el declive de las abejas, insectos esenciales para la vida terrestre y cuya supervivencia está seriamente amenazada por la agricultura industrial y el uso de plaguicidas tóxicos.