Parece que no siempre lo es. ¿Pueden espiar nuestras conversaciones sin que lo sospechemos? ¿Entrar en nuestros teléfonos?
Un fallo en el sistema permitió a atacantes remotos instalar un spyware en muchos teléfonos, por medio de llamadas de voz de WhatsApp. El malware se instaló en todos los casos, hasta en los que las llamadas fueron ignoradas.
El programa espía, una vez apoderado del dispositivo, aprovechaba un fallo en la aplicación para activar el micrófono y la cámara, grabar llamadas o acceder a los datos.
El polémico software es obra de una empresa de seguridad israelí y en teoría lo crearon para dar a la policía un herramienta útil contra la ciberdelincuencia, pero parece ser que el programa también se usa por parte de algunos gobiernos con el fin de espiar a periodistas críticos, activistas que denuncian los abusos del poder, opositores y disidentes.
El ataque se detectó el pasado lunes 13 de mayo y habría afectado a personas muy determinadas, como periodistas y abogados pro derechos humanos. Facebook, dueño de Whatsapp, ha pedido a sus 1.500 millones de usuarios que actualicen la aplicación.